miércoles, 25 de mayo de 2011

Brink: el abismo relativo (o no)

Se acaba de lanzar un nuevo juego para consola llamado Brink: "un emocionante disparador en primera persona" , es decir un juego dónde el objetivo es disparar a todo lo que se mueve y obtener puntos y premios por tu eficacia "cómo disparador, más dinámico, fluido e intuitivo", como dice la literatura de su página web.

Curiosa jerga para describir un juego de rol en el que te conviertes en un asesino despiadado con contexto.



En entradas anteriores de este mismo blog me he referido a esta estética de los juegos:


http://enlamentedekowalsky.blogspot.com/2008/11/terror-game-1108.html

Juegos dónde puedes entrenarte o imaginarte como Jag, Metcal, Bolt, Knicker u otro nombre similar y disparar a matar sin remordimiento.En Brink "El avanzado sistema de personalización de personajes (...) ofrece una combinación prácticamente ilimitada de aspectos para tu personaje. Desde ropa y accesorios hasta tipo de cuerpo y pack de voz: todo esto hará que tu personaje no sea un simple héroe estándar", quién quiere serlo? un simple héroe estándar me refiero.

Mejor aún, en Brink puedes elegir el bando en el que quieres militar sin necesidad de preocuparte si es el correcto o no. Cómo dice su guionista principal y estrella emergente en el techmundo de los videojuegos, ninguna facción puede estar segura de que hace el Bien o el Mal. "Y por qué no? La elección entre el Bien y el Mal no es una elección en absoluto y desde el punto de vista dramático es inerte".

Mundo perfecto: puedo ser quien quiera, elegir mi aspecto, mi voz, matar a quien me parezca y no tengo que optar por una opción moral.

Puedo ser Jag, Metcal, Bolt, Knicker u otro nombre similar y hoy jugar en El Arca de Brink y mañana desembarcar disparando en el puerto de Bombay o pulverizar toxinas en el metro de Tokio. Total, elegir otra cosa es igual de inerte o irrelevante desde el punto de vista moral.

Todo es relativo, todo es discutible y discutido, cristal con qué se mire. Los principios sólo significan el origen, pero no están ahí para ser mantenidos. Si no le gustan tengo otros, como decía Groucho (qué gran visionario y precursor).

Y esto no es una tendencia social marginal. Esto no es una filosofía de cómic adaptada a un videojuego por un friki de pelo verde en un garage de la costa oeste. Esta corriente está perfectamente alineada con el pensamiento central de la nueva izquierda en occidente, dónde a falta de Marx, adoptamos a Groucho. Nuestro inmarcesible líder es su representante en España, creador del pensamiento buenista, que considera bueno todo aquello que cuestiona principios que han permitido el desarrollo y evolución de la sociedad actual: España es un concepto discutido y discutible, el concepto de familia tradicional está en revisión, las instituciones se respetan o no, la autoridad no tiene que ser aceptada aunque sea legítima, la justicia es cuestionable y las sentencias se cumplen o no.

Es curioso comprobar como un videojuego violento y el buenismo oficial tengan tanto en común: el relativismo moral que les inspira.

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