viernes, 23 de enero de 2009

Del descanso y la libertad

"Hay que elegir entre descansar o ser libres"

Esta frase se la oí hace poco a Rosa Mª Calaf, reportera y corresponsal de TVE durante muchos años en diversas partes del mundo. Siempre me ha gustado Calaf y he apreciado su espíritu independiente, tan alejado del busto parlante tan en boga hoy en día en las televisiones. Corresponsal de las de antes, con carga de profundidad, información propia y análisis libre. En sus estancias por medio mundo estoy seguro de que ha visto y conocido a mucha gente libre y a mucha más gente con déficit de libertad, a veces impuesto desde fuera y otras autoimpuesto.

La frase recoje una filosofía de vida. Ser libre en cuerpo y espíritu exige un gran esfuerzo. No sólo el obvio y esencial de aquéllos que no los son por causa de regímenes totalitarios de cualquier signo, religión o ideología. En ese caso además de renunciar al descanso, los que eligen la causa de la libertad deben renunciar a su seguridad y arriegar sus vidas y haciendas por defender la única ideología por la que todavía merece la pena luchar.

Pero hay otra falta de libertad a la que creo que va más dirigida esta frase , que es la libertad a la que renunciamos por comodidad, por desidia, por indolencia, a cambio de descanso. Es la libertad que perdemos por renunciar a discutir, confrontar, viajar, leer, entender, conversar, contrastar, mirar, explorar lo que es distinto, diferente, distante, ajeno, extranjero, contrario, difícil. Es la tiranía que nos auto-imponemos de lo cotidiano, lo malo conocido, el pájaro en mano, el ande yo caliente, lo inmediato, lo fácil, lo ya explorado, lo de la mayoría, donde va Vicente, la vida muelle, el camino trillado.

Y para esa dictadura no hay otros responsables que nosotros mismos, no hay otras cadenas que nuestra debilidad, no hay otras barreras que las de la pereza, física pero sobre todo intelectual, no hay más cárcel que nuestro espíritu pobre.

Así que elijamos ser libres antes que descansar.

domingo, 18 de enero de 2009

San Obama de la responsabilidad individual (ruega por nosotros)


En visperas de la entronización de San Obama de Chicago me gustaría hacer una reflexión y, por qué no, hacer una petición al nuevo beato, aunque no sé si debo dar una limosna o con un par de ave marías me bastará.

La reflexión va por la línea de la responsabildad individual de la que hemos hablado en otros momentos. Obama, que es un tipo muy ineligente ya está advirtiendo que cambiar las cosas es tarea de todos, no sólo de él. Así lo ha manifestado en su alocución a los fieles (seguidores) durante su viaje iniciático de Filadelfia a Washington:

"Construyamos un gobierno que sea responsable ante la gente, y aceptemos nuestras propias responsabilidades como ciudadanos para exigir a nuestro gobierno. Pongamos todos de nuestra parte para reconstruir este país. Asegurémosnos de que esta elección no es el final de lo que hacemos para cambiar Estados Unidos, sino el principio".
Obama sabe dos cosas: una que él sólo no puede cambiarlo todo, que necesita del esfuerzo colectivo, de muchos para sacar adelante su misión, sus objetivos de cambio y avance. Pero lo que también sabe y quiero sobre todo resaltar es su convencimiento de que en general la tarea de gobierno, la tarea de hacer progresar un pais, la tarea de solucionar problemas, la tarea de lidiar con las adversidades, con las crisis, con el día a día es de todos y cada uno de los ciudadanos.
Obama en ese sentido no cambia nada, por suerte, en Estados Unidos y entronca con el más profundo espíritu colono desde los tiempos del "go west", desde los tiempos de Uncle Sam en las grandes guerras ("No preguntes que puede hacer America por tí, sino que puedes hacer tú por América"). El espíritu de los que quieren un gobierno responsable pero que no se inmiscuya en sus vidas ni les hurte sus propias responsabilidades, ni les infantilice con mensajes de medias verdades o medias mentiras.
A ese espíritu de aceptar y exigir como un derecho inalienable, y no como una obligación, el ejercicio de la responsabilidad individual, apela Obama.
Y por tanto mi petición es muy sencilla, no sé si a San Obama de Chicago, o a otro santo de más solera y resultados probados (aunque la tarea es posiblemente tan grande que se deba recurrir al concurso de todo el santoral): por favor concédenos a los españoles y a sus gobernantes un mínimo de sentimiento de responsabilidad individual.
A lo mejor tenemos que introducir una nueva jaculatoria: "San Obama de la responsabilidad individual, ruega por nosotros"

miércoles, 7 de enero de 2009

Hola 2009

No nos vamos a apuntar en este blog a saludar al nuevo año y ennumerar nuestros deseos para 2009. Pero así como decíamos adiós en 2008 a algunos personajes, también vamos a decir hola a otros en este año.

Un Hola muy grande a todos los que nazcan en este año. Si cada generación debe mejorar y en general mejora a la anterior, esta nueva generación que alumbre 2009 tiene mucho por hacer. Nosotros, las generaciones actuales hemos traido el mundo a una situación bastante deplorable: crisis económica y financiera, crisis de valores, crisis humanitaria, crisis de los derechos humanos, crisis de la familia, crisis de las religiones, crisis de las civilizaciones, crisis de la pareja, crisis de la educación, crisis de la energía, crisis del medio ambiente y hasta crisis de la crisis.

Ya sólo Supertramp ("Crisis, what crisis?") se pregunta si hay crisis. El resto de los mortales lo tenemos claro. Algunos desde hace mucho tiempo, de hecho toda la vida. Por eso ahora se preguntan también con Supertramp de cúal de las crisis hablamos, si hablamos de la misma crisis, de esa que afecta al 90% de los hindús, 80% de los chinos, 100% de los africanos, 5% de los americanos y 7% de los españoles. La crisis de los que viven por debajo del umbral de la pobreza y que llevan viviendo así toda la vida, sin que haya hipotecas basura, Lehman Brothers, Maddof o Martinsa Fadesa que les cambie nada de nada.

Así que mucho por mejorar en ese frente tienen las nuevas generaciones. Suerte.

Saludamos también a Obama, cómo no. Si viviéramos hace 2000 años y no tuviéramos crisis de religión, seguramente ya lo habríamos identificado con un nuevo Mesías que viene a salvar el mundo. De hecho le hemos ensalzado tanto, esperamos tanto de San Obama de Chicago que el día que se equivoque, que lo hará, el día que mande más tropas americanas a algún lugar remoto, que lo hará, el día que apoye alguna medida proteccionista de las empresas americanas, que lo hará, el día que no apoye la última de las más insignificantes demandas de la nueva izquierda europea, que lo hará, el día que no pare o condene a alguno de sus aliados en Israel, Centro América, Sudeste Asiático o el Cáucaso de tomarse la justicia por su mano, que lo hará...ese día, que no está muy lejano, nos vamos a decepcionar tanto que nos vamos a encontrar con otra crisis: la crisis de la realidad.

En esa crisis nos daremos cuenta que no vivimos en un mundo dónde una sóla persona por muy fuerte que sea pueda arreglarlo todo, que los problemas, no sólo los generan otros, por supuesto generalmente americanos, sino que tampoco los solucionan otros (por desgracia también americanos). En esa crisis tal vez nos demos cuenta de que todos y cada uno de nosotros tenemos parte de culpa y desde luego parte de la solución, y que no se va a solucionar ningún problema, ninguna de las crisis de las que hablamos, si no estamos cada uno de nosotros dispuestos a hacer algo para que así sea.

Tal vez nos empecemos a dar cuenta entonces de que todos somos responsables y de que hay un valor, muy importante, muy olvidado que se llama responsabilidad individual.

viernes, 2 de enero de 2009

Adiós en 2008

En estas fechas de repente te choca ver en un periódico la lista de las personas que se fueron a lo largo del año que acaba. Normalmente no llevas la cuenta o no reaccionas igual cuando lees, si es que lo ves, sobre la muerte de alguna persona relevante. Pero cuando ves la relación de fallecidos del año, entonces impresiona más, y te sorprende encontrar en ella nombres que todavía creias vivos, o nombres que por jóvenes, no asocias a esa lista, algunos que pensabas que ya estaban muertos, o nombres que creías eternos, inmortales.

Desde aquí, quiero rendir tributo a algunos de los que se han ido y que han contribuido en algo, han dejado una huella, aunque sea liviana en la mente, los recuerdos de Kowalsky.

Sir Edmund Hillary nos llevó a lo más alto del mundo y cuando con quince años leí su aventura en un maravilloso libro amarillo de Editorial Juventud, con fotos en blanco y negro, soñé con explorar sus cumbres, sus picos nevados y vivir la aventura de la montaña. Esta duró poco, pero otra aventura, la de la vida la he vivido y la vivo mirando hacia arriba, con afán no siempre bien explicado, no siempre lógico de seguir hacia arriba, subiendo y escalando en un intento de superación: altius, citius, fortius. Y la aventura no es llegar, sino seguir subiendo.

Eso también lo sabía Steve Fosset, quien desde lo alto de la cumbre del exito económico y empresarial se lanzó aún más alto, como un Juan Salvador Gaviota, a volar, más alto, más lejos, más tiempo, más dificil.

Otros nos han encandilado con sus músicas. En este año despedimos a Isaac Hayes (compositor e intérprete de Shaft), Eartha Kit (su delicioso Santa Baby nos ha alegrado también estas Navidades), Vincent Ford (creador de No woman, No cry) o Bo Diddley (uno de los padres del Rock n´Roll).

A algunos les debemos momentos maravillosos cuando nos metían en la piel y la imagen de otros personajes, delante de la cámara como el gran Paul Newman, Richard Widmark, Charlton Heston, Roy Scheider, Van Johnson, Bernie Mac, Heath Ledger. O desde detrás de la cámara como Anthony Minghella (El paciente inglés), Sidney Pollack (Tootsie). Otros, creando las historias como Arthur Clarke (2001, una odisea en el espacio!) o Rafael Azcona (El verdugo!).

La belleza también ha perdido a dos de sus más cualificadas representantes, aunque el atractivo que las hizo famosas y deseadas se haya mantenido en papel y fotografías: Cyd Charisse que bailaba sus largas piernas con Fred Astaire y Gene Kelly y la enigmática Bettie Page, que inspiró los sueños eróticos de muchos y una gran novela (La vida invisible) a Juan Manuel de Prada (que por suerte no está en la lista del 2008 y esperamos que siga escribiendo por mucho tiempo).

Otros utilizaron la palabra escrita para llegar a nosotros y al ya mencionado Clarke hay que añadir a escritores como Michael Crichton que hacía "fast book", y me ha acompañado en muchas horas de avión, o el hoy casi olvidado Alexander Solzhenitsin, quién nos describió un Gulag, uno de los muchos que hoy sigue habiendo, aunque ya no haya Solzhenitsins que los denuncien.

Este año también han muerto muchos periodistas, más de 80, muchos de ellos casi anónimos o al menos desconocidos para mí. Uno de ellos, Dith Pran, pudo por suerte morir en casa, cuando tuvo todas las papeletas para morir en los campos de la muerte de la Camboya de los khmer rojos. Otro, Tim Russet fue maestro de maestros como periodista político, entrevistador de presidentes o presidenciables en su Meet the press en la cadena NBC.

Por último, este año también se fue Simone Ortega, que nos ha enseñado a tantos a cocinar o al menos intentarlo. 1080 recuerdos para ella.

No están todos los que debieran seguramente. No se si en sus vidas ordinarias, su vida en el día a día era ejemplar, digna o claramente mediocre. Pero en algun momento de sus vidas, con alguna faceta de sus personalidades hicieron algo que nos ha llegado, nos ha tocado. Y eso bien vale un recuerdo agradecido.