Tras más de 48 horas ininterrumpidas de ataque en Bombay, en los que la CNN no ha dejado ni un sólo minuto de dar cobertura informativa, la cifra de víctimas supera los 180 muertos y más de 300 heridos. Parece que aún hay algunos terroristas, a lo mejor sólo uno, que se ha hecho fuerte en alguna sección de uno de los hoteles atacados y ahí sigue manteniendo a raya a los soldados y policias indios.
Qué pasará por la mente de ese último terrorista resistente, refugiado en un ala del edificio, bien pertrechado de munición y granadas. Seguro que no puede escapar y que lo más probable es que dentro de pocas horas esté muerto, bien de un tiro, bien a resultas de los interrogatorios a los que será sometido si al final es detenido con vida. No tiene ninguna posibilidad de salir triunfante de esta situación con arreglo a cualquier consideración racional.
Pero en el videojuego en el que él es el actor virtual protagonista eso no importa. En ese juego se gana si consigues ir más allá que el anterior jugador. Si consigues más puntos, más muertos, más destrucción, más horror, más ruido, más cobertura de la CNN....y en eso va ganando. Nunca antes nadie habrá conseguido esta puntuación, así que va ganando y cuando al final aparezca "game over" en la pantalla, con registro en el ranking de jugadores avanzados. su resultado será el más alto, será el ganador durante mucho tiempo. Y la CNN y los otros medios de comunicación y servicios de inteligencia de todo el mundo así lo constatarán y reflejarán en sus noticias e informes.
Y el jugador habrá pasado al nivel siguiente del juego, ese que se juega en el paraíso destinado a los guerreros de Alá, porque para eso son los ganadores, cerca del profeta y rodeados de huríes hermosas, bebidas con sabor a miel y sobre todo, sin infieles malditos.
Claro que a lo mejor el siguiente nivel del juego en este caso ya se ha jugado en alguna cueva entre Afganistán y Pakistán, en un piso de Islamabad, o en el ático del piso 195 de una torre de Dubai. Los jugadores que juegan a ese nivel del juego tienen que demostrar sus habilidades en comprar y vender armas, reclutar muhaidines, sobornar gobiernos y hacer tambalear mercados. Aunque a ese nivel del juego no va a llegar el terrorista que mantiene a tiro a la policía de Bombay desde la habitación 1221 del Taj.
En todo este episodio trágico, la estética de la acción es casi más inquietante que lo que la mueve porque puede ser repetida en cualquier sitio del mundo, por cualquiera que se sienta Jag o Metcalf or Knicker y que quiera sus 15 minutos de gloria y aparecer en el ranking de mejores resultados de Terror Game 2.2
De hecho, en estos momentos hay nuevos jugadores preparándose, algunos muy jóvenes, adolescentes de 12 o 14 años en la madrasa de alguna aldea del norte de Pakistán, en un barrio de El Cairo o Damasco, en un suburbio de Kuala Lumpur....pero a lo mejor también en un instituto de Helsinki, o Paris, o Valencia, en un College del Midwest, o de la costa Oeste, o en una universidad de Shanghai, mirando por la CNN o Al Jazheera el desenlace de este capítulo y soñando con estar ellos algún día en algún lobby de Hotel repleto de hombres de negocio occidentalizados y empezar a disparar y matar con una sonrisa en la boca y vértigo en el estómago.
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