Parece que la corazonada de Gallardón y otros muchos miles, millones de madrileños y españoles, que a veces más parecia cabezonada, no se ha cumplido finalmente y los coítos (los miembros del Comité Olímpico Internacional) han preferido la samba al chotis, el ritmo carioca a la movida madrileña y las playas de Rio al río Manzanares y su playa.
Es lo que tienen las corazonadas, que a veces se cumplen y a veces no, que si no serían certezas. Y digo yo que los brasileños también tendrían su corazonada, a ritmo de bossa nova, "como gosta voce".
Así que ahora que no organizaremos los juegos del 2016, que siempre me pareció algo de ciencia ficción, odisea en el espacio-tiempo de una ciudad a la que todavía le falta algo, quizá nos podamos dedicar a organizar otras cosas, otras olimpiadas para el ciudadano, más próximas en el tiempo y en la percepción del madrileño de la calle.
Así, podríamos organizar las olimpiadas de la limpieza urbana y conseguir de una vez por todas que Madrid sea una ciudad limpia. Estableceríamos varias pruebas y disciplinas, por ejemplo eliminar las cacas de perros, tarea que exige de una gran coordinación entre el animal y su dueño y en la que normalmente este último no está a la altura del canino.
Otra prueba sería la recogida de basuras, donde el reto parece inalcanzable: conseguir que los contenedores de reciclaje no estén desbordados y rodeados de basura, sino limpios, bien aparcados y que los participantes acierten en introducir sus desechos dentro, y no fuera, es sin duda una gesta olímpica que exige más acierto que los tiros de tres de Rudy.
También podríamos organizar las olimpiadas de la simpatía y la buena educación. Estas si que exigirían la participación ciudadana, que tan favorable a la corazonada de Gallardón se ha mostrado recientemente. Aquí también estableceríamos varias categorias: el trato amable con el vecino, sonreir a tus compañeros de viaje en el transporte público, ceder el paso con una sonrisa en el enrevesado trafico madrileño y un sinfín de otras pruebas.
Algunas se reservarían para los más jóvenes y podrían combinar higiene social con civismo, por ejemplo no hacer botellón, pastillón y condón en los mismos parques donde al día siguiente juegan los niños recién salidos de la guardería (con sus tatas/cuidadoras bolivianas, como ya quedó evidenciado en otra entrada anterior de este mismo blog).
Claro que también las autoridades públicas (de toda administración que aquí no tenemos tanto remilgo con el Estado o la autonomía) tendrían su participación en estas olimpiadas: en su caso organizaríamos las olimpiadas del buen trato al ciudadano. Estas pruebas requieren de un gran esfuerzo de reeducación ya que romperían con uno de los axiomas de la función pública: el ciudadano no tiene razón. Habría que empezar por redactar una nueva carta olímpica que recogiera por ejemplo que el ciudadano es un ser inteligente, que debe ser tratado con respeto y hasta gratitud ya que es quién al final paga la factura, todas las facturas, y que el funcionario público está a su servicio y no al reves.
Asi que el señor Gallardón y los otros ilustres miembros de la candidatura, desgraciadamente ya fallida, tienen en estos ejemplos, y muchos otros, la oportunidad de reencauzar sus energías y buenas intenciones de convertir Madrid en una metrópoli mundial, no a traves de las olimpiadas del futuro, sino transformándola en campeona olímpica de la limpieza, la amabilidad, el buen trato a la persona, el civismo, la convivencia, la transparencia, la responsabilidad ciudadana. Hacer de Madrid la ciudad con todos los récords en calidad de vida, una ciudad dónde sea fácil vivir, hacer negocios, pasear, criar a nuestros hijos y cuidar a nuestros mayores.
Esa sería mi corazonada, pero no se por qué me da que no va a ganar tantos adeptos como la otra y al final también nos quedaremos sin estas olimpiadas.
3 comentarios:
A mí me hacía ilusión lo de los JJ.OO., pero una vez derrotados, creo que hay que empezar a mirar hacia adelante en otros apartados y los que propones son magníficos y... muy necesarios.
Hoy he pagado el IBI, casi un 10 por ciento de subida. En breve pagará unos 60 euros del impuesto de basuras, que por cierto antes se incluía en el IBI... Es decir, me han subido algo así como el 30 por ciento este año... Y luego sale uno a la calle y a hacer cintura evitando truños... En fin.
Ahi duele!
No he estado en contra delos JJOO pero ya que se ha perdido, quiza es una oportunidad de reorientar esfuerzos y asi a traves del cambio volver a encontrar el camino.
Está claro que propones muchas caminos a seguir muy buenos, pero no veo a la ciudadanía muy por la labora ni a nuestros políticos muy por la causa. A pesar de todo, creo que todos y cada uno tenemos que tratar de aportar, desde el ejemplo y desde la queja...
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