Siempre que realizo un viaje en coche por España, especialmente si coincide con alguna fecha propicia a los desplazamientos masivos, no puedo por menos que pensar en el señor Pere Navarro, Director General de Tráfico. En esta ocasión, recién llegado de un viaje por carretera desde la Costa del Sol, no sólo me he acordado de él, sino que he decidido reflejar mis pensamientos por escrito.
El señor Navarro es sin duda un hombre bienintencionado, que fervientemente desea mejorar la seguridad vial y reducir la sangría de vidas que produce el intenso tráfico de nuestras carreteras. Y fervor no es palabra elegida al azar, sino que refleja su enfoque fundamentalista, integrista se decía antes, radical y fanático. En su imaginario del tráfico existe una causa única y fundamental del problema que es el conductor.
El Sr Navarro no hace sino aplicar, con esmero y mas dedicacón que otros colegas suyos de Gobierno, todo hay que decirlo, un enfoque ideologizado del transporte, que busca la colectivización del transporte, la reducción del transporte individual y privado con medidas disuasorias tanto de comunicación y creación de estado de opinion, como de mínima inversión en infraestructuras viarias, la potenciación de otros medios de transporte (bueno en realidad este Gobierno tan parco en ideas sólo habla del AVE), la desincentivación sistemática de la industria automovilistica y motera (mediante una abusiva fiscalidad para los coches de mayor innovación tecnológica y valor añadido y la cancelación por no actualización del plan Renove para la renovación del parque de vehículos) y del uso responsable de vehiculos.
Las medidas estrellas del Sr Navarro en su area de influencia obedecen a esa filosofía en todo punto. De entrada su eslogan: No podemos conducir por ti, ya lo dice todo. Tú, pobre conductor, eres pecador y lo harás mal, por ignorancia o malas intenciones. Si pudiera, el Sr Navarro y sus colegas conducirían por ti, igual que te dicen lo que tienes que pensar, pero como no pueden te vigilan con camaras y radares. Y te mandan otros mensajes que te responsabilizan de los accidentes de carretera (66 muertos en la Semana Santa pasada, decían todos los carteles luminosos de las principales carreteras españolas, como si todos y cada uno de los conductores que pasaban por allí tuvieran que ser recordados de su culpa).
Las medidas preventivas del Sr Navarro también muestran su filosofía de trabajo. Dos ejemplos. Antes del inicio de la Semana Santa presentó su plan de acción para el previsto desplazamiento masivo y advirtió a los conductores que los radares y camaras estarían vigilantes para que "los conductores no sientan que tienen impunidad". Literal. El mensaje es claro: si no te vigilo delinques!
En visperas del Jueves Santo su mensaje a los pesados conductores fue: escalonen las salidas, uniendo a la visión totalitaria y centralista del mensaje (si pudiera el Sr Navarro no solo conduciria por nosotros sino que nos diría a qué hora tenemos que salir) una afrenta al lenguaje: como me voy a escalonar a mi mismo o mis salidas.
Repito, no critico sus intenciones últimas: mayor seguridad en el transporte por carretera, pero si sus metodos y sus formas. No voy a dejar de reconocer que el número de víctimas está bajando, de lo cual me alegro enormemente. Pero sería simplista achacarlo exclusivamente a los planes del Sr Navarro, si bien no se puede despreciar el miedo y la coacción como elementos modificadores de la conducta. Por otro lado dudo que los cambios de comportamiento inducidos de esta manera sean permanentes.
Mientras tanto siguen las carreteras con baches y badenes, malas señalizaciones, carreteras con capacidad insuficiente, mala iluminación nocturna, curvas contraperaltadas en todas las nacionales, menos kilómetros de autopista que cualquier otro país europeo, multitud de pueblos sin circunvalación, un parque de vehiculos muy veterano, casi nula educación vial en los colegios, etc, etc, etc...
Sr Navarro, me la voy a seguir jugando. No conducirán por mi.
3 comentarios:
La principal diferencia, es que aquí la red vial está mejor organizada. Posiblemente nuestro error es tener una red radial en vez de reticular. Por otro lado, aunque pueda suponer problemas momentaneos, el trabajo en las carreteras es permanente y contínuo, lo que a medio y largo plazo beneficia al tráfico. Sin embargo la publicidad o información de Tráfico es tan macabra como en nuestra querida piel de Toro. En cuanto alos límites de velocidad, no es cierto que sean ilimitados en toda su red, y a cambio, las multas y controles radar son exahustivos. Lo curioso es que la gente respeta los límites sin necesidad de fotagrafías. ¿Ocurre eso en España? mucho me temo que no.
Lo triste es que sean necesarios métodos como las cámaras y los radares para hacer que algunos conductores cambien sus hábitos de conducción. Sin embargo, es más triste aún que el uso de estos medios no esta creando sino una respuesta opuesta a la buscada por la dirección de trafico, ya que se está forjando un gran rencor hacia ella porque, en ocasiones, dispositivos como los radares están colocados en puntos absurdos, hecho que da mucho que pensar, por no olvidar la primera idea que nos viene a la mente, que es la de recaudar fondos...
Como ves, Ángel, al igual que el fénix he resucitado de entre las cenizas y vuelvo a la carga.
Al final acabamos en la Educación, que es dónde de verdad toda inversión es rentable a largo plazo. La educación vial en España es, salvo contadas excepciones de risa. A ello no contribuyen campañas de publicidad melodramáticas o politicas de coacción y amedrentamiento.
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